Gracias por tu artículo! Hace falta respirar hondo y perder cambiar de objetivo cuando aparecen imprevistos, incluso saber pasarlo bien con lo que parece una molestia… bueno gracias
Hola Elena, que importante esto que señalas de la empatía, no es un ejercicio fácil. La historia de la araña me ha hecho sonreír. Este verano fui con mis hijos (6 y 3 años) a un hotel. Cada día, al desayunar, el mayor llegaba al buffet con un libro enorme bajo el brazo, un libro antiguo que le ha robado a su abuela de fotografías de animales en peligro de extinción. Está aprendiendo a leer, pero lo lleva porque le gusta mirar esas fotos y porque los libros siempre le han dado seguridad (a veces duerme con uno en la cama, en vez de un peluche). Un camarero se me acercó al cabo de los días y me dijo: tu hijo es el único niño que he visto con un libro, como felicitándome. Y pensé, qué extraño. Y también que sí, que es una alegría que le gusten los libros, que vaya siempre con uno en la mano o la mochila. Un abrazo.
¡Hola, María! Disculpa la tardanza en responder. ☺️ Muchas gracias por contarlo. Qué preciosa esa imagen del libro como compañía... Otro abrazo para ti.
(Poder, no perder)
Gracias por tu artículo! Hace falta respirar hondo y perder cambiar de objetivo cuando aparecen imprevistos, incluso saber pasarlo bien con lo que parece una molestia… bueno gracias
¡Muchas gracias a ti, siempre!
Hola Elena, que importante esto que señalas de la empatía, no es un ejercicio fácil. La historia de la araña me ha hecho sonreír. Este verano fui con mis hijos (6 y 3 años) a un hotel. Cada día, al desayunar, el mayor llegaba al buffet con un libro enorme bajo el brazo, un libro antiguo que le ha robado a su abuela de fotografías de animales en peligro de extinción. Está aprendiendo a leer, pero lo lleva porque le gusta mirar esas fotos y porque los libros siempre le han dado seguridad (a veces duerme con uno en la cama, en vez de un peluche). Un camarero se me acercó al cabo de los días y me dijo: tu hijo es el único niño que he visto con un libro, como felicitándome. Y pensé, qué extraño. Y también que sí, que es una alegría que le gusten los libros, que vaya siempre con uno en la mano o la mochila. Un abrazo.
¡Hola, María! Disculpa la tardanza en responder. ☺️ Muchas gracias por contarlo. Qué preciosa esa imagen del libro como compañía... Otro abrazo para ti.