Un poema escrito en el siglo XVIII como escape taumatúrgico ante el miedo, el nerviosismo y demás asuntos de nuestros días.
Me lo he releído al cabo del tiempo y me he encontrado yo mismo en esa sala, sólo como observador, pero también sintiendo el frío de la camilla, incluido en esa intimidad y en la lectura. Gracias
¡Muchas gracias a ti!
Me lo he releído al cabo del tiempo y me he encontrado yo mismo en esa sala, sólo como observador, pero también sintiendo el frío de la camilla, incluido en esa intimidad y en la lectura. Gracias
¡Muchas gracias a ti!